(‘El imperio total’, ‘El pozo
de la ascensión’, ‘El héroe de las
eras’)
Brandon Sanderson nos regala un mundo mágico totalmente lógico y creíble
en donde un pueblo reprimido busca librarse del yugo de la opresión de su dios
y emperador. De la mano de un rebelde esclavo llamado Kelsier ‘El superviviente’, quien
con sus acciones busca comenzar una revolución que cambie el mundo para siempre. Una trilogía que profundiza en cuestiones tales como el manejo del poder, la política,
la religión y la fe. Todo esto ataviado por acrobáticos combates de hombres y
mujeres con habilidades potenciadas por el consumo de metales. Critica sin Spoiler.
Soy un grande fanático de la saga
de Robert Jordan ‘La Rueda del tiempo’ y cuando Jordan lamentablemente falleció pensé que
nunca iba a tener la oportunidad de conocer el final de esta obra maestra de la
fantasía épica. Pero la viuda del escritor eligió a un joven novelista para que
continuara con la obra más importante de la vida de su marido un tan Brandon Sanderson. Esto sucedió luego de quedar totalmente impactada tras leer ‘El imperio total’. La primera novela
de esta trilogía de la cual les pienso contar hoy.
Lo he conversado con un amigo muy
fanático como yo de este tipo de literatura y he leído unas cuantas reseñas sobre
Nacidos de la Bruma, pero la verdad
tengo una visión bastante diferente a la mayoría. Todos en línea general hablan
que la primera de estas tres novelas es la mejor y luego va perdiendo calidad,
mi opinión es totalmente opuesta. Para mí la trilogía va de menos a más, de una
novela más o menos interesante a una obra imprescindible dentro de este género.
Pero empecemos con el principio.
Si algo sabe hacer Sanderson es
crear mundos totalmente coherentes, mucho más cercana a la ciencia ficción dura
de Asimov que de la fantasía
tradicional. Es más, puede sonar a locura, pero me han vendido a muchos escritores
como sus herederos los que luego me han decepcionado. Pues bien, aunque Brandon Sanderson se mueve en otro género
es el único al cual yo le heredaría este prestigioso título.
En Nacidos de la Bruma tenemos
un mundo en el cual durante mil años han caído cenizas y nada florece salvo
ciertas plantas que logran sobrevivir a este difícil entorno. Durante este tiempo
los Skaa han sido esclavizados y
viven sumidos en un miedo inevitable. Siendo regidos por el Lord Legislador un Dios Emperador quien
reina con un poder absoluto gracias al terror, sus poderes alomanticos y a su innegable
inmortalidad.
Siendo los encargados de cumplir sus dictámenes los Obligadores (sacerdotes-administradores) y los Inquisidores (los puños del Lord Legislador), junto a la poderosa magia llamada ‘Alomancia’. La capacidad de quemar metales para fortalecer el cuerpo, influenciar las emociones ajenas, aumentar los sentidos y empujar o repeler metales. Una habilidad otorgada por el Lord Legislador al principio de su mandato a ciertos hombres y mujeres, aquellos que lo habían ayudado en su ascensión. Siendo esta heredada por sus descendientes, los que luego fueron denominados Nobles. Pero dicha nobleza, con frecuencia han tenido tratos sexuales con jóvenes Skaa y aunque la ley lo prohíbe, algunos de sus bastardos han sobrevivido y heredado los poderes alománticos. A su vez los usuarios de los metales Nobles o Skaa se dividen en dos grupos. Por un lado, los brumosos aquellos que solo pueden utilizar uno solo de los poderes alomanticos y luego los Nacidos de la bruma aquellos que pueden utilizarlos todos.
Siendo los encargados de cumplir sus dictámenes los Obligadores (sacerdotes-administradores) y los Inquisidores (los puños del Lord Legislador), junto a la poderosa magia llamada ‘Alomancia’. La capacidad de quemar metales para fortalecer el cuerpo, influenciar las emociones ajenas, aumentar los sentidos y empujar o repeler metales. Una habilidad otorgada por el Lord Legislador al principio de su mandato a ciertos hombres y mujeres, aquellos que lo habían ayudado en su ascensión. Siendo esta heredada por sus descendientes, los que luego fueron denominados Nobles. Pero dicha nobleza, con frecuencia han tenido tratos sexuales con jóvenes Skaa y aunque la ley lo prohíbe, algunos de sus bastardos han sobrevivido y heredado los poderes alománticos. A su vez los usuarios de los metales Nobles o Skaa se dividen en dos grupos. Por un lado, los brumosos aquellos que solo pueden utilizar uno solo de los poderes alomanticos y luego los Nacidos de la bruma aquellos que pueden utilizarlos todos.
Pero todo este estancamiento de más de mil años
parece que quizás pueda romperse cuando aparece un rebelde Skaa llamado Kelsier, ‘El superviviente’
un poderoso Nacido de la Bruma, el único ser humano que ha logrado
huir de los terribles Pozos de Hathsin. A
su vez Kelsier ha encontrado a Vin, una pobre chica skaa con una “suerte” demasiado excepcional
para que solo sea fruto de la casualidad. Entonces ‘El superviviente’ junto
a Vin y un peculiar grupo de
ladrones con poderes alomanticos buscaran hacer lo imposible; acabar con su Dios
y liberar a los Skaa.
Mi primera experiencia con la novela
original ‘El imperio total’ me
decepciono bastante. ¿Este es el famoso escritor que
supuestamente rompió los moldes de la fantasía épica y la redefinió? Si
era verdad que la alomancia era una
magia muy interesante alejada de la clásica bola de fuego de siempre, pero el
resto lo había visto miles de veces. Un imperio malo, malo, malo que lo
controlaba todo y un grupo de rebeldes carismáticos con poderes especiales. Lo
primero que se me vino a la cabeza fue Star
Wars. Kelsier me resultaba muy
parecido a Han Solo pero con poderes y Vin
a un Luke Skywalker. Luchando contra
un emperador experto en la Fuerza perdón
en la Alomancia. Es más, en el primer tercio de ‘El imperio total’ juraba que iba a
terminar con una frase como ‘Yo soy tu
padre’. Por lo tanto, dejé el libro por la mitad y seguí leyendo Hyperion (si lo sé un libro que nada
tiene que ver). Pero un tiempo después volví
dispuesto a terminarlo porque no me gusta dejar los libros a medias y la verdad
no me arrepiento para nada. Porque si bien Sanderson
empieza con una premisa bastante gastada su imaginación y talento lo lleva por
caminos muy distintos a lo tradicional. En una trilogía que seguramente explota
mucha de las tribulaciones internar del propio escritor con respecto a Dios, la
religión y sobre todo la lógica detrás de la fe. Hay que recordar que el autor
oriundo de Utah es un mormón muy devoto
y sabemos que tanto la fantasía épica como la ciencia ficción no se llevan muy
bien con la religión “real”. Es más, todas las dudas existenciales de Sazed sobre la fe y la religión me parecen más que solo producto de la simple imaginación por parte
del autor. Más bien un reflejo de sus propias tribulaciones llevadas al lector
por parte de uno de sus personajes más importantes.
Uno de los argumentos
que utilizo para nombrar a Brandon
Sanderson como el sucesor de Asimov además de la coherencia en las
reglas de sus mundos es que ambos
saben realizar extraordinarios finales en sus libros. Conclusiones totalmente inesperadas
y eso que se me da bastante bien descubrir los finales tanto de los libros como
de las películas; pero ambos autores siempre han logrado sorprenderme. Otras características
sobresalientes de Sanderson es la
gran calidad a la hora de describir los combates, haciéndonos emocionar con
cada una de sus precisas descripciones. Algo que por ejemplo Jordan nunca logro dominar del todo.
Pero no todo son flores, es
evidente la falta de sexualidad de sus personajes, estos se casan y hasta
tienen hijos, pero sin la menor alusión a una actividad sexual. Entiendo que no
todo tiene que ser Canción de hielo y
fuego con escenas totalmente explicitas, pero la falta total de sexo llama
la atención. Volvemos a lo que se dijo antes, la religión del
autor obviamente incluye en su obra y no por tener más o menos sexo se vuelve más
adulta o mejor una novela. Pero no por eso tampoco lo podemos pasar por alto.
Conclusión: Esta primera trilogía es una de las mejores
sagas de fantasía épica que he leído en los últimos años. Empieza desde un
terreno demasiado conocido, pero poco a poco demuestra que hay mucho más. Una
obra imprescindible para los amantes de la fantasía y unas
excelentes novelas para comenzar a serlo. Otro dato importante es que cada una de ellas
es auto conclusiva por lo tanto leer una sola novela se disfruta sin tener que
leer intrínsecamente las otras dos. Aunque obviamente leyendo las tres
completas uno ve todas las piezas encajar y reconocer el gran trabajo que
realizo este prolifero escritor.
Lo mejor:
- La alomancia y sus reglas.
- El desarrollo de los personajes.
- El final de cada uno de los libros.
- La descripción de los grandes combates.
Lo peor:
- Un comienzo demasiado trillado.
11/12