El Príncipe
Madoc, hijo del Rey Uther Pendragón, prepara los ejército de Logres para enfrentar al nuevo
Rey Sajón. Pero los recién nombrados caballeros de Salisbury quedan excluidos
dada su juventud. Aunque el destino les tenía deparado una aventura que cambiaría sus destinos para
siempre.
Corría el año 486
y el Príncipe Madoc, hijo del Rey Uther
Pendragón, se encontraba ultimando los preparativos para atacar con el
ejército de Logres al nuevo Rey Sajón quien había atacado al Duque de Caercolum. Esto llego a los oídos del recién nombrado
caballero Héctor y este deseoso de
escapar de la vigilancia de su siempre “demasiado atenta madre” decidió reunir
a sus amigos ahora también señores y ponerse a las órdenes del Conde Roderick para la guerra.
Las cosas habían cambiado bastante para los jóvenes de Salisbury, ahora tenían responsabilidades más allá de su
entrenamiento, tenían que velar ahora por sus familias y ciervos. Pero con
dichas responsabilidades llegaron las posibilidades de contar con sus propios
escuderos.
Gabriel cumplió una vieja
promesa y tomo como escudero al joven Jaime
un prodigio de la espada pero con el mismo carácter iracundo de su señor.
Brancos tomo a un joven
gigante de nombre Lusian que ya a sus quince años superaba el metro
noventa de altura y ciento veinte kilos
de peso. Su cabello rojo era como el fuego y con la inteligencia de una piedra,
aunque de una lealtad que alcanzaba a lo fanático. Puesto que contra los
pronósticos ahora era un escudero.
Mientras que Lewis
sorprendió a todos al elegir una chica como escudera. Una joven hermosa de
cabellos dorados hija de un viejo caballero muy querido en la casa del joven
caballero quien había perdido todos sus hijos varones en la última guerra y
había criado a chica como un hijo varón más.
Por ultimo Héctor
eligió a Thomas, un joven de
cabellos oscuros como la noche y piel blanca como la luna, pero mudo de
nacimiento. Algo visto como una ventaja dado los frecuentes enredos de alcoba
de su señor con diversas damas casadas de la corte.
Pero para sorpresa de los jóvenes el conde lejos de
enviarlos a la guerra les ordeno patrullar las fronteras del condado. Los
noveles caballeros se enojaron bastante pero al final entendieron que Sir Roderick simplemente los estaba
protegiendo y estos fieles a su señor se dedicaron a cumplir sus órdenes. Durante
varios meses se consagraron a vigilar las fronteras ahora abandonadas por sus
respectivos señores quienes habían partido junto con el príncipe hacia la
guerra.
Un día, cerca de los bosques del sur, encontraron a un
anciano pastor que les pidió a los caballeros que recuperaran a una de sus
ovejas que había huido hacia el bosque.
Cuando llego el pedido del anciano, Gabriel
y Brancos cruzaron miradas de forma
incrédula pero al final decidieron ayudar al viejo pastor.
Los caballeros encontraron a la oveja que a pesar de su
gordura se movía con una celeridad sorprendente
huyendo hacia lo profundo del bosque. Cuando por fin pudieron encontrar al
animal esta se encontraba arrinconada por un gigante con tres ojos. La descomunal
criatura enfurecida con aquellos que querían arrebatarle su cena les arrojó un
árbol entero que había arrancado con sus propias manos, derribando al torpe Lusian hiriendo gravemente a su caballo. Sir Lewis embrazó su escudo y
desenvainó su espada y se preparó a luchar contra el gigantesco enemigo.
Mientras que Gabriel, Héctor y Brancos buscaron rodear a la criatura. Pero esta enfurecida por los
ataques de los caballeros le propino a Héctor
un golpe que termino por dejarlo inconsciente en el suelo.
Ninguno de los caballeros conocía las viejas leyendas sobre
esas criaturas por lo tanto no conocían sus debilidades. Los tres caballeros
que seguían en pie siguieron luchando contra el gigante. Al tener que combatir con
tres enemigos a la vez, el gigante comenzó a fallar algunos golpes, pero los
que conseguían impactar herían gravemente a los caballeros. Finalmente, el más
fornidos de los señores Sir Gabriel consiguió impactar de forma
crítica al gigante de tres ojos. Cuando éste cayó, los caballeros le remataron
con sus espadas.
Mientras los caballeros se recuperaban, el pastor se acercó
hasta ellos riendo. Una niebla le rodeó y una extraña luz se manifestó y el
anciano se convirtió en el mismísimo Merlín
protector de Britania. El poderoso mago utilizó su magia para curar a los
caballeros de sus heridas, incluyendo a al pobre escudero de Brancos. Así de grandes eran los
poderes del mayor de los encantadores del mundo. El hechicero les revelo que
aquello había sido una prueba y tenía una misión especial para ellos.
Merlín guió a los caballeros a través del bosque. En un momento
dado les pidió que descabalgaran y que dejaran sus caballos al cuidado de sus
escuderos. Reticentes, los caballeros obedecieron. El grupo se internó más en
la floresta, que parecía brillar con un extraño fulgor y una niebla tenebrosa
lo cubría todo dentro de aquel bosque encantado. Finalmente llegaron a un lago
y Merlín se apresuró a subir a una
pequeña barca.
― Nobles caballeros. ¡Por el bien de todo
el reino y la paz en el mundo cumplid con vuestro destino y protegedme puesto
que el futuro de vuestro Rey y de toda Britania depende de su valor! Expreso
con elocuencia el hechicero en la alta lengua usada por los nobles en momentos
solemnes.
Cuando comenzaron el misterioso viaje una bruma espesa cubría
el lago y manos espectrales surgían de este buscando arrastrar a los héroes
hacia las profundidades. Pero Brancos comenzo a cantar con su melodiosa voz brindándole valor a sus compañeros al tiempo que el misterioso poder de Merlin los protegió, hasta que un extraño jinete surgió del bosque
y se dirigió hacia ellos. Los caballeros se aprestaron al combate para proteger
al mago.
El jinete y su caballo eran de un extraño fulgor verde y
portaba dos espadas. Dando un gran salto, aterrizó entre los caballeros, a
quien luego le surgieron dos brazos más también armados. El extraño enemigo
luchaba sin problemas contra los cuatro caballeros, que apenas conseguían
herirle.
Sir Gabriel fue derribado luego de un terrible golpe en su cabeza y
falto poco para que las manos espectrales lo arrastrasen al abismo. Mientras
sus compañeros siguieron peleando con valentía hasta que por fin en un gran
ataque de coraje Lewis logro
atravesar el pecho del enemigo, provocando que la extraña criatura se
deshicieron en forma de algas verdes que cayeron sobre el bote. Pero al final llegaron hacia el centro del lago hasta que una
mano surgía del agua, con una espada entre sus manos. Merlín la recogió reverentemente y la guardó entre sus ropas.
Cuando el mago volvió con los caballeros estaba visiblemente
cansado y apenas podía caminar. El grupo volvió hasta donde esperaban los
escuderos y Merlín se despidió,
desapareciendo tan misteriosamente como había aparecido.
Los caballeros sin saber si hicieron bien o mal guardaron el
secreto de su aventura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario