jueves, 29 de marzo de 2012

Juegos de tronos (Canción de fuego y hielo) - George R. R. Martin


Cuando se juega al Juego de Tronos, sólo se puede ganar o morir: no hay puntos intermedios

  



No, no es que sufro de Alzheimer y vuelvo a repetirme con Game of throne. Pero este es el análisis del primer libro de la saga "Canción de fuego y hielo" no de la excelente serie de HBO que ya les presente en el Rincón de lo raro.  


Luego de ver la serie televisiva y quedar realmente fascinado tenia que leer el libro fuese como fuese. Llego navidad y cierta novia que tuve (osea actual ex) me  regalo  el libro. Cosa que supe agradecer con creces en su momento.  
Canción de Hielo y Fuego, obra hasta el momento incompleta creada por el escritor George R. R. Martin cuenta ya con  cinco libros publicados hasta el  momento con una previsión de que sean siete y supongo que alguno mas dependiendo  del mercado.



  "Se acerca el invierno …" Casa Stark 









Tyrion Lannister alias el Gnomo 
 Juegos de tronos esta considerada como una de las mejores novelas fantásticas  dentro del susodicho género, aunque yo la catalogaría, sí se me permite la apreciación, como una “novela histórica” enmarcada en un mundo fantástico. Es verdad que  esta calificación se contradice a sí misma, pero lo cierto es que la realidad no dista de ser esta, ya que Martin recrea un mundo que nos recuerda a la Europa Medieval, dividida en diferentes reinos llenos de caballeros, doncellas, vasallos y donde solo quedan retazos de una magia inmemorial.



                          


Pero vayamos al grano. La novela en cuestión nos transporta a los Siete Reinos de Poniente; un continente imaginario cuya característica principal es que la duración de sus estaciones es muy irregular, ya que tanto el verano como el invierno pueden durar muchos años. Juego de Tronos comienza cuando el verano está llegando a su fin después de 10 largos años y 15 años después de la caída del trono de la Casa Targaryen a manos de Robert Baratheon y sus camaradas; libertador para unos, usurpador para otros; quien gobierna ahora los Siete Reinos. Han pasado muchos años desde ese entonces y algo se está cociendo en la Corte del Rey, y no es algo que huela bien. Entonces el rey Robert  se ve obligado a pedir ayuda a su amigo y compañero de armas Eddard Stark; señor de Invernalia, para que ocupe el cargo de   Mano del Rey lo que viene a ser el segundo hombre más poderoso de los Siete Reinos, tras la muerte de su predecesor. ¿Podrá este honorable señor mantener la paz que se sostiene a duras penas en Poniente?
John Nieves guardia de la noche 

En Juego de Tronos, no existe el protagonista propiamente dicho, ni tampoco los buenos y malos, salvo honrosas excepciones, pues en un principio puedes pensar que X personaje es un hombre de honor pero al final resulta que en cierta situación impone otras prioridades a su código de conducta . En otras palabras, la dualidad entre el bien y el mal no tiene una frontera tan clara como nos quiere hacer entender la novela. Por los tanto, en Juego de Tronos el rol de héroe protagonista pasa a ser la misma historia en sí, y los personajes los elementos que utiliza para manifestarse en todo su fulgor.
               Poniente es un continente donde la magia desapareció con el paso del tiempo. Ya no quedan dragones ni hechizos; solo hombres y acero, por lo que aquellos que esperan cantidades ingentes de estos elementos, ya se pueden  olvidar. Tampoco busquen encontrar  príncipes azules ni nada parecido ya que Poniente está lleno de traiciones y sobre todo mucha violencia. Es un mundo en el que los hijos bastardos, el sexo sin tapujos, la intriga política, la lucha por el poder y los matrimonios de conveniencia están a la orden del día y sin censura alguna. Asimismo, los pasajes de luchas que en otras obras como El Señor de los Anillos pueden abarcar muchos capítulos y resultan para algunos  monótonos, aquí son relatados con emoción, sin exceso de páginas y con una preocupación fundada ya que el autor no tiene ningún reparo en eliminar los personajes que considere necesario en pos de avanzar la trama, independientemente de su rol en esta.

 George R. R. Martin 
En definitiva, Juego de Tronos es una novela impresionante como pocas que ha entrado en el olimpo de la literatura fantástica como una de las mejores de todos los tiempos, y que sin duda encandilará a todos aquellos que sean amantes del género fantástico, aunque también gustará a aquellos ajenos a este que solo quieran disfrutar de una buena lectura, pues no deja de sorprender al lector con los continuos giros argumentales que sobresalen en la trama y sobre todo por su desarrollo sobresaliente. En otras palabras, Game of throne  es de lo mejor que te puedes encontrar hoy en día , así como las entregas que le suceden.
Muy diferente a los refritos que se transforman en Bestsellers tales como Crepúsculo o Los juegos del hambre. El libro en español cuenta con 720 paginas la edición que tengo y ya estoy leyendo el segundo de nombre Choque de reyes de 997 y  en abril en forma simultanea en todo el mundo se estrenara  la segunda temporada de la serie televisiva.







Lo mejor:
  • Personajes realmente humanos.
  • Gran vértigo a la hora de relatar los combates.
  • Argumento atrapante. 
Lo peor:
  • Lo lento que  George R. R. Martin ha escrito los libros. Pero es de entender dado lo largos y bien logrados que están hechos.

10-12















jueves, 15 de marzo de 2012

La casa de los espíritus - Isabel Allende

Mi resistencia a la literatura latinoamericana es manifiesta. Pero debo admitir que era solo consecuencia de mi propia ignorancia. Primero con García Marquez y ahora con  Isabel Allende. He descubierto excelentes obras literarias.    Pero pero como quizás una de mis mayores virtudes es reconocer  cuando me equivoco aquí mi reseña de este magnifico libro. 





Isabela Allende es hija del diplomático chileno Tomás Allende Pesce y de Francisca Llona Barros, nació en Lima mientras su padre se desempeñaba como embajador de Chile en el Perú. Su padre era primo hermano de alvador Allende, presidente de Chile entre 1970-1973. Desde 1959 hasta 1965 trabajó en la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la limentación (FAO), en Santiago de Chile. Los años siguientes pasó largas temporadas en Europa, residiendo especialmente en Bruselas y Suiza.
Esta fue la primera novela de Isabel Allende.   "La casa de los espíritus" narra la saga de una poderosa familia de terratenientes latinoamericanos. El despótico patriarca Esteban Trueba ha construido, con mano de hierro, un imperio privado que empieza a tambalearse a raíz del paso del tiempo y de un entorno social explosivo. Finalmente, la decadencia personal del patriarca arrastrará a los Trueba a una dolorosa desintegración. Atrapados en unas dramáticas relaciones familiares, los personajes de esta portentosa novela encarnan las tensiones sociales y espirituales de una época que abarca gran parte de este siglo.




La casa de los espíritus ha sido adaptada al cine en una película protagonizada, entre otros, por Jerermy Irons, Meryl Streep y Antonio Banderas.

Con ternura e impecable factura literaria, Isabel Allende perfila el destino de sus personajes como parte indisoluble del destino colectivo de un continente, marcado por el mestizaje, las injusticias sociales y la búsqueda de la propia identidad. Este logrado universo narrativo es el resultado de una lúcida conciencia histórica y social, así como de una propuesta estética que constituye una singular expresión de realismo mágico.
La comparación es ineludible con la obra de García Marquez ya que Allende ha admitido ser una gran admiradora de la obra del octogenario escritor. 
La novela nos presenta una gran variedad de personajes ubicados en algún rincón de latinoamerica. Pero nunca alude directamente a Chile  o a Santiago. Pero aborda el tema de las dictaduras latinoamericanas con altura y una elegante cuota de sentimiento. 






Lo mejor:
  • Se nota el cambio progresivo y coherente de los personajes.
  • Una gran ubicación de época.

Lo peor:

  • Me pareció algo extensa.


9 - 12      

jueves, 8 de marzo de 2012

Epilogo Casa capitular - Frank Herbert

Siempre me he preguntado cual seria la definición mas perfecta del amor. Pero no hablo del amor de películas o libros. Amores donde los amentes son felices por siempre. Si no del amor de todos los días, el amor cotidiano. Con sus discusiones, tropezones y desencuentros. Pero, el amor es como la agricultura, hay que sembrarlo, cultivarlo y recoger sus frutos. Sembrarlo en cada estación, cultivarlo todos los días y recoger sus frutos en los momentos de felicidad. Del mismo modo, tiene problemas como toda plantación. Al igual que en la naturaleza, existen tiempos de sequías e inundaciones. Aparecen cuervos, plagas y alimañas que dañan la cosecha. No obstante los buenos agricultores se sobreponen y se imponen a la adversidad. Los buenos amantes también. Pero entonces solo se me ocurre definir el "amor perfecto" con las palabras de Frank Herbert en su ultimo libro "Casa capitular" 





Este es otro libro dedicado a Bev, amiga, esposa, segura ayuda, y la persona que le dio su título. La dedicatoria es póstuma, y las palabras que siguen, escritas la mañana siguiente de su muerte, deberían decirles a ustedes algo acerca de su inspiración.
Una de las mejores cosas que puedo decir acerca de Bev es que no ha habido nada en nuestra vida juntos que yo necesite olvidar, ni siquiera el apacible momento de su muerte. Ella me dio el último regalo de su amor, un pacífico tránsito sin temores ni lágrimas por su parte, que alivió mis propios temores. ¿Qué mayor don existe que el demostrar que no necesitas temer a la muerte?
La nota necrológica habitual dirá: Beverly Ann Stuart Forbes Herbert, nacida el 20 de octubre de 1926 en Seattle, Washington; muerta a las 5:95 p.m. del 7 de febrero de 1984 en Kawaloa, Maui. Sé que esto es una formalidad mucho mayor de la que ella hubiera tolerado. Me arrancó la promesa de que no habría un funeral convencional, «con el sermón de un predicador y mi cuerpo exhibido». Como ella decía, «yo no voy a estar en ese cuerpo entonces, pero merece una mayor dignidad de la que proporciona esa exhibición» Insistió en que yo no fuera más lejos que en hacer que su cuerpo fuera cremado y sus cenizas esparcidas por su querida Kawaloa, «donde hemos gozado de tanta paz y amor». La única ceremonia... amigos y familiares en el esparcir de sus cenizas
mientras suenan las notas de «Puente sobre aguas turbulentas». 
Sabia que habría lágrimas entonces, y hay lágrimas mientras escribo estas palabras, pero en sus últimos días habló a menudo de que las lágrimas son fútiles. Reconocía las lágrimas como algo que forma parte de nuestros orígenes animales. El perro, decía siempre, aúlla ante la pérdida de su dueño. Otra parte de la consciencia humana dominaba su vida: el espíritu. No en ninguno de los empalagosos sentidos religiosos ni en ninguno de los otros sentidos que los espiritualistas asocian a la palabra. Para Bev, era la luz de la consciencia humana brillando en todo lo que encontraba. Debido a ello, puedo decir pese a mi dolor e incluso dentro de ese dolor que la alegría llena mi espíritu debido al amor que ella me dio y sigue dándome. Nada en la tristeza ante su muerte es un precio demasiado alto de pagar por todo el amor que compartimos.

Su elección de la canción para ser cantada en la ceremonia de esparcir sus cenizas procedía de lo que a menudo nos decíamos el uno al otro... que ella era mi puente y yo el suyo. Eso resume nuestra vida matrimonial. Empezamos a compartirla con una ceremonia ante un ministro en Seattle el 20 de junio de 1946. Nuestra luna de miel la pasamos en una torre de vigilancia forestal
contra incendios en la cima de un otero, el Kelley Butte, en el Bosque Nacional de Snoquaimie. Nuestros aposentos eran un cuadrado de tres metros y medio de lado con una cúpula encima de tan sólo metro y medio de lado, y la mayor parte del espacio disponible estaba ocupado por el rastreador de fuegos a través del cual detectábamos cualquier humo que viéramos.
En aquel angosto espacio, con una Victrola accionada a cuerda y dos máquinas de escribir portátiles que ocupaban un espacio considerable encima de la única mesa, sentamos el esquema de lo que sería nuestra vida juntos: trabajo combinado con la música, escribir, y todas las demás alegrías que la vida proporciona. 
Esto no quiere decir que experimentáramos una constante euforia. Lejos de ello. Tuvimos momentos de hastío, de miedos y de dolores. Pero siempre hay tiempo para las risas. Incluso al final, Bev podía sonreír aún para decirme que la había colocado correctamente sobre sus almohadas, que había aliviado el picor de su espalda con un suave masaje, y que había hecho todas las demás cosas necesarias porque ella ya no podía hacerlas por si misma.
En sus días finales, no quiso que nadie excepto yo la tocara. Pero nuestra vida matrimonial había creado un lazo de amor y confianza tan grande que ella decía a menudo que las cosas que yo hacia por ella era como si las hiciera ella misma. Aunque yo tenía que procurarle los más íntimos cuidados, los cuidados que uno proporcionaría a un niño, ella no se sentía ofendida ni su dignidad se veía asaltada. Cuando la tomaba entre mis brazos para colocarla en una posición más cómoda o bañarla, los brazos de Bev siempre se colocaban alrededor de mis hombros y ella anidaba su rostro como había hecho tan a menudo en el hueco de mi cuello.
Es difícil transmitir la alegría de esos momentos, pero les aseguro que estaba ahí. Alegría espiritual. Alegría de la vida incluso en la proximidad de la muerte. Su mano estaba en la mía cuando murió, y el doctor que la atendía, con lágrimas en los ojos, dijo de ella lo que habían dicho ya muchos otros: -Tenía un don. Muchos de aquellos que vieron aquel don no lo comprendieron. Recuerdo cuando entramos en el hospital a primeras horas de la madrugada para que diera a luz a nuestro primer hijo. Estábamos riendo. Los enfermeros nos miraban con desaprobación. El nacimiento es algo doloroso, incluso peligroso. Algunas mujeres mueren dando a luz. ¿Por qué está riendo esa gente? Estábamos riendo a causa de que la perspectiva de una nueva vida que formaba parte de nosotros dos nos llenaba de una gran felicidad. Estábamos riendo porque el nacimiento iba a producirse en un hospital edificado en el mismo lugar que el hospital donde había nacido Bev. ¡Qué maravillosa continuidad! Nuestra risa era infecciosa, y muy pronto todos aquellos con quienes nos encontramos en nuestro camino hasta la sala de partos estaban sonriendo. La desaprobación se convirtió en aprobación. La risa era su don en los momentos de tensión. 
La suya era también la risa de lo constantemente nuevo. Todo aquello con lo que se encontraba tenía algo nuevo que excitaba sus sentidos. Había en Bev una progresiva ingenuidad que era, a su propia manera, una forma de sofisticación. Deseaba descubrir lo que había de bueno en todo y en todos. Como resultado de ello, obtenía esa misma respuesta en los demás.
-La venganza es para los niños -decía-. Tan sólo la gente que es básicamente inmadura la desea.
Era conocida por llamar a la gente que la había ofendido y razonar con ella para echar a un lado sentimientos destructivos. «Seamos amigos.» No me sorprendió la fuente de ninguna de las condolencias que llegaron después de su muerte. 
Fue típico de ella el que deseara que yo llamase al radiólogo cuyo tratamiento en 1974 fue la causa más directa de su muerte, y le diera las gracias por «proporcionarme esos diez maravillosos años más. Asegúrate de que comprende que sé que él hizo todo lo que pudo por mí cuando yo estaba muriendo de cáncer. Llevó sus conocimientos, sus  habilidades y su arte hasta sus límites, y quiero que sepa que se lo agradezco.»
¿Es de sorprender que mire hacia atrás a todos esos años que pasamos juntos con una felicidad que trasciende de todas las palabras con las que pueda intentar describirlos?
¿Es de sorprender el que no desee ni necesite olvidar ni un sólo momento de ellos? La mayor parte de la gente tan sólo tocó su vida de una forma periférica. Yo la compartí de la forma más íntima, y todo lo que ella hizo me fortaleció. No me hubiera resultado posible hacer todo lo que la necesidad me exigió durante los diez años finales de su vida, fortaleciéndola a ella al mismo tiempo, si ella no me hubiera proporcionado antes esa fortaleza en los años anteriores, completamente y sin reservas. Considero que ésta ha sido mi mayor fortuna y mi más milagroso privilegio.

Frank Patrick Herbert (8 de octubre de 1920 - 11 de febrero de 1986)

Casa capitular fue su ultimo libro y dos años después de haberlo escrito falleció siguiendo los pasos de su amada Bev. En su momento al terminar de leer este epilogo, realmente se me callearon las lagrimas y comprendí por primera vez, lo que es el verdadero amor. 

martes, 6 de marzo de 2012

Cien años de soledad y 85 de García Márquez

 Gabriel García Márquez, representante del realismo mágico, celebra hoy un acontecimiento importante: su 85 cumpleaños, pero este año también festeja los 45 años de su emblemática obra Cien años de soledad, y tres décadas de haber recibido el Premio Nobel de Literatura.






POR REDACCIÓN CULTURA LITERATURA

La novela, calificada como una obra mítica, pero no la más importante para el autor porque ese título se lo reserva a El amor en los tiempos del cólera —según él lo ha manifestado—, estará disponible a partir de hoy, en formato digital en www.leer.es a US$7.80. La editorial Ramdom House Mondadori tiene los derechos en papel.

La portada del libro electrónico de Cien años de soledad incluye la misma imagen de la cubierta de la primera edición del libro en papel, un barco en medio de la selva. A propósito de esto, García Márquez escribió ayer en Twitter: “Es leer lo que da vida. No el papel, ni la pantalla”.

Acerca del escritor

Gabriel García Márquez, Gabo, nació en Aracataca, en la costa caribe de Colombia, el 6 de marzo de 1927, pero vive en México desde hace décadas. Lleva tiempo sin escribir, ya que en 1999 le diagnosticaron cáncer linfático, por el cual ha estado en tratamiento.

El nobel de Literatura, en su infancia, era muy tímido, pero le gustaba escribir poemas humorísticos y dibujar tiras cómicas.

Sus primeros poemas los publicó en una revista escolar. Al finalizar el colegio ingresó a la Universidad Nacional de Colombia para estudiar Derecho, donde tuvo especial dedicación a la lectura. La metamorfosis, de Franz Kafka, en la traducción de Jorge Luis Borges, fue una obra que lo inspiró.

Gabo quería escribir, pero no literatura tradicional, sino con un estilo similar a las historias de su abuela, en las que se insertan acontecimientos extraordinarios y anomalías como si fueran simplemente un aspecto de la vida cotidiana. Su deseo de ser escritor crecía. Poco después, publicó su primer cuento, La tercera resignación, en 1947, en el diario El Espectador.

Su primera novela, La hojarasca, la publicó en 1955.

La cultura popular y las mujeres que siempre lo rodearon desde pequeño alimentaron el corazón e imaginación de este poeta de la prosa, que dice escribir para que lo quieran un poquito más.

En su vida se ha destacado por ser buen mediador, aunque algunos no le perdonen —entre ellos Mario Vargas Llosa— su relación con Fidel Castro. Pero es que, como explica en la biografía, autorizada por él, escrita por el británico Gerald Martin, “Gabo no es un lacayo de los políticos, pero la amistad para él es sagrada, como la lealtad y la coherencia”.