Al principio de los tiempos no existía nada, ni siquiera la nada en si
misma. Pero en una época anterior al tiempo llegaron las diosas.
Nadie sabe de donde vinieron pero es innegable su llegada para el
principio del todo. Ellas soñaron el universo y la esencia del
caos. Un sitio creado desde los sueños del que ya espera.
En ese caos de la no-existencia de la materia, era un sitio sin sentidos
ni presagios. Un lugar donde ni el vacío tenia lugar. Desde
allí crearon las estrellas, el sol, los mares, las plantas, animales y la tierra que llamaron “Pertares”. Las
deidades por milenios se regocijaban en su creación. Observando el color de las
flores y su perfume, el rugir del mar contra la piedra y el ir y venir de los
astros. Nada podía compararse a la belleza de la luz y el descanso de la
oscuridad, pero sintieron que algo faltaba en su sueño del que ya espera.
Apreciaron que el mundo necesitaba algo mas que animales y plantas. Se
necesitaba inteligencia que también soñara. Entonces crearon a los Dragones. No
los falsos dragones de los cuentos de los niños. Si nos los verdaderos
dragones. Sueños poderosos y creadores. Caminantes de la instauraciones de
no-vida mas halla de la existencia.
Al principio tuvieron que aprender desde las mismas deidades porque
aun no se había soñado el conocimiento. El pueblo de los dragones fue un buen
alumno y fueron capaces de inventar el tiempo. Quizás no lo
inventaron en su esencia, pero al menos fueron los primeros en percatarse
de su existencia.
Comenzaron a tomar nota de el y ponerle nombre a cada una de sus
etapas. Los dragones reinaron sobre las bestias, aprendieron a cambiar a la
tierra y a manejar la magia de la creación. Construyeron palacios mas
halla de la belleza de la razón. Torres de oro y plata altas como montañas
repletas de conocimiento, luz y vida. Sus jardines eran amplios y ordenados.
Repletos de esencias y de caminos de espejos por los cuales los perfumes hacían
eclipsar a los demás sentidos en un mar de complacencia.
Pero los dragones eran poderosos y ambiciosos, y pronto tuvieron
ganas también de soñar el mundo. Cosa que estaba vedada para “los sueños”
según los designios de las mismas deidades que los habían creado. Ellas querían
ese privilegio solo para si mismas y esa fue la piedra fundamental del comienzo
de la “guerra de los soñantes”.
Otro invento además del tiempo, el cual se les atribuía a
los dragones fueron las armas que asomaron al mundo. Creaciones capaces
de arrebatar la vida de los sueños. Esta guerra duro milenios en donde la
sangre por primera vez fue derramada por la inteligencia. Pero al final
las diosas vencieron aunque con mucha dificultad y pesares. Enviando sobre
“Pertares” una hecatombe de fuego que consumió al mundo destruyendo
a los dragones para siempre junto con su hermosas creaciones, sus jardines y
palacios.
Pero las diosas también cambiaron con la guerra se
sintieron individuales y con diferentes intereses entre ellas. Sobresaliendo
dos por sobre el resto. Las mas poderosas, sabias y carismáticas. Blenara diosa
de la luz y Berice diosa de la oscuridad como así ellas mismas se denominaron.
Ambas fueron las que habían decidido que el final de los dragones tenia que
llegar. Aunque lloraban amargamente por la destrucción de sus mayores
creaciones ahora eliminadas del sueño para siempre.
Pero las diosas habían visto que a pesar de la peligrosidad que tuvo la
guerra la inteligencia era ya necesaria en El sueño y volvieron a crear nueva vida inteligente. Pero esta vez fueron mas perspicaces
y no les brindaron el don de la vida eterna. Tampoco el conocimiento total del
mundo para prevenir una nueva "Rebelión de los sueños".
Pero en vez de un solo pueblo se crearon cinco. A los Arganos,
Los enanos, los Orcos, los Aesiris y a los Oshin. Cada una con sus
características muy particulares. Desarrollando cada una de ellas diferentes
culturas y proyectos de crecimiento.
Pero dos de ellas fueron las favoritas de las diosas mas poderosas.
La diosa de la luz Blenara acogió a los Aesiris como su patrona y la
diosa de la oscuridad Berice tomo a los Oshin como su deidad protectora.
De los imperios recién creados dos
tomaron mayor protagonismo. Estos
pueblos fueron los Aesiris como los Oshin. Alcanzando mayor gloria y poder por
sobre las “cinco originales” como fueron llamadas luego los primeros mortales.
No alcanzaron al esplendor de los Dragones pero su poder se expandió
por todo Pertares. Pero sus doctrinas de luz y oscuridad eclipso a el mundo y
la guerra volvió a surgir como un manto de terror por sobre el planeta.
La carrera armamentista creció a proporciones gigantescas entre Aesiris
de la luz y los Oshin de la oscuridad arriesgando hasta la misma
creación en ser erradicada por completo. Pero en el apogeo de la
guerra que inevitablemente estaba en tablas, existió un pecado gigantesco mas
halla de la misma guerra. Los Aesiris de la luz culparon a los Oshin de la
oscuridad. Mientras que los Oshin de la oscuridad culparon a los
Aesiris de la luz. La verdad no se sabe y quizás nunca se sepa, nunca sabremos si la respuesta volverá de
nuevo al mundo. Pero algo es seguro,
las consecuencias fueron funestas para todos los habitantes de Pertares.
Las diosas volvieron a desatar una nueva hecatombe pero esta vez no fue de fuego si no
de hielo. Esta trajo a todos los mortales infaustas consecuencias. Los
Arganos del cielo vieron como muchas de sus ciudadelas flotantes no soparon el frió y muchos decidieron refugiarse en los
bosques. Provocando con los milenios un nuevo pueblo distinto de los primeros;
el pueblo de los Elfos del bosque.
Los Enanos al ver sus grandes castillos consumidos por el frió. Se
refugiaron en pequeñas casas hechas de hielo viviendo de la pesca. Abandonando para siempre sus grandes
castillos de piedra en las altas montañas del mundo. Los orcos perdieron mucho
de su sabiduría y incontables cantidad de sus hijos perdieron el
conocimiento primordial de los antiguos y retrocedieron como cultura casi
hasta convertirse en algo mas que bestias sedientas de sangre.
Pero los mas castigados por las deidades fueron los Aesiris de la
luz y los Oshin de la oscuridad. Según se dice su condena resulto en eterna.
Nunca mas formarían un imperio, ni siquiera un pueblo propio. Siempre vagarían entre los demás con el estigma de la
hecatombe de hielo marcado en sus espíritus. Odiados por esos mismos pueblos
que debían acogerlos. Antes señores del mundo, ahora simple parias
sin tierra ni hogar. Los que aun tiempo fueron sus hermanos los odiarían
y nunca les dejarían olvidar que ellos eran la causa primordial de sus pesares.
El tiempo en el mundo fue frió como nunca se vio en Pertares
durante milenios. La mayoría de la población mortal del mundo murió congelados
y muertos de hambre. Las diosas al ver la calamidad acaecida por sobre su mundo
quisieron reconciliarse con los mortales
y de ese modo crearon una nueva raza.
Aun menos longevas que las cinco razas creadas anteriormente. Esta raza fue denominada Humanidad.
Pero fueron conocidos por los demás pueblos como la “La raza de la alianza”. Un
símbolo de la renovación de la alianza entre los mortales
y las “diosas soñadoras” terminando de ese modo la Era del terror
helado" para siempre.
Los humanos se expandieron por el mundo con una rapidez
nunca antes vista por pueblo alguno. Muchos acusaban que su breve vida los
impulsaba a moverse mas halla con una voracidad de moribundo. Formando en poco tiempo un poderoso imperio. Con colonias por el mundo
en pos del desarrollo de su propio pueblo. Entre ellas la colonia mas
importante de todas era Noria “la tierra de los mil seres”.
Esta era una tierra basta y repleta de riquezas. Habitada por un sinfín
de razas distintas, pero sin ningún reino o gobierno propio. Esclavos de los
humanos irónicamente denominados “la raza de la alianza”. El imperio
llamaba a los habitantes de Noria de forma
despectiva “Galenos”.
Prohibiendo con prisión cualquier otro tipo de auto nominación
para los habitantes de tan vasto continente. Pero la gente de la tierra
de los mil seres no olvidó jamás su verdadero nombre, sus antiguas costumbres
y el nombre que se haría leyenda a través de las distintas eras para
siempre “ Hijos de Noria” y esta es su historia.
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