domingo, 13 de enero de 2013

Curiosidades de la vida y obra de Julio Verne

Mis primeros recuerdos de un libro y el comienzo de un sano vicio, fue con veinte mil leguas de viaje submarino. Julio Verne es y sera siempre un modelo de inspiración, para todo aquel que quiera dilucidar el futuro a través de una pluma.  







La revista Muy interesante realizo una recopilación de datos concernientes a la obra de uno de los padres de la ciencia ficion  junto con H. G. Wells. Siendo  es el segundo autor más traducido de todos los tiempos, después de Agatha Christie, con 4.185 traducciones, de acuerdo con el Index Translationum.
Cuando Julio Verne (1828-1905) decidió romper definitivamente las expectativas de su padre de ser un gran abogado para sentarse a escribir libros tenía una idea en la cabeza: tender un puente entre la ciencia y la literatura, acercando los avances científicos y el espíritu de “aventura” de la época a todos los públicos. Y lo consiguió. En el aniversario del nacimiento del popular escritor francés, te contamos algunas anécdotas clave de su vida y su obra.

Sueños de juventud. Una anécdota que muchos biógrafos le atribuyen a Julio Verne es que a los 11 años se escapó de casa para embarcar como grumete en La Coralie, un barco que zarpaba rumbo a la India. Cuentan que su padre, el severo Pierre Verne, llevó de vuelta a casa al aventurero, y tras reprenderle le hizo jurar que no viajaría más que en sueños. 


Libros para viajar. La colección "Viajes extraordinarios" nació en 1862 cuando, tras escribir Cinco semanas en globo, Verne encontró a un editor dispuesto a publicarle, el famoso Jules Hetzel. Hetzel y Verne firmaron un contrato para escribir y publicar tres novelas anuales como parte de un programa educativo dirigido a la juventud. En el prefacio a las Obras completas, Hetzel escribió que aquello era un intento de “resumir todos los conocimientos geográficos, geológicos, físicos y astronómicos, amasados por la ciencia moderna”. Verne subtituló a su serie de novelas: "Viaje a través de los mundos conocidos y desconocidos". 



El sueño espacial. De la Tierra a la Luna se publicó originalmente por entregas en el periódico francés Journal des Débats. Verne se ganó al público desde el primer capítulo. Una anécdota que lo demuestra es que, después de que el protagonista de la historia, Miguel Ardan, enviara al presidente del “Gun Club” el famoso telegrama “Reemplácese granada esférica por proyectil cilíndrico-cónico. Partiré dentro. Llegaré vapor Atlanta”, centenares de personas lo emularon y solicitaron al periódico el honor de ser incorporados a la expedición lunar. 

Ciencia y geografía. En una entrevista publicada por el diario norteamericano The Pittsburgh Gazette, Verne declaró: “Le sorprenderá quizás saber que no me enorgullece particularmente haber escrito sobre el automóvil, el submarino, el dirigible, antes de que entraran en el dominio de las realidades científicas. Cuando he hablado de ellos en mis libros como de cosas reales, ya estaban inventados a medias. Yo me limité simplemente a realizar una ficción de lo que debía convertirse después en un hecho (…) Cada hecho geográfico y científico contenido en cualquiera de mis libros ha sido examinado con mucho cuidado y es escrupulosamente exacto”

Inspiración. Julio Verne ha sido un ejemplo para muchos científicos. El almirante Byrd afirmó que si no hubiera sido por Verne no habría ido nunca al Polo Sur. El químico ruso Dimitri Mendeleiev calificaba a Verne de “genio científico” y leía constantemente sus obras. Y Yuri Gagarin, el pionero astronauta, dijo en una ocasión: “Ha sido Verne quien me ha hecho decidirme por la astronáutica”. 

Sus favoritos. Entre los escritores que le precedieron, Julio Verne admiraba especialmente a Charles Dickens, de quien decía que eclipsaba a todos los demás “por su increíble fuerza y justeza de expresión”, además de por su humor. De sus contemporáneos, en una entrevista hecha en 1904 declaró su fascinación por la obra de George Wells, autor de La guerra de los mundos. 
Algunos de mis amigos me han dicho que su trabajo se parece mucho al mío, pero creo que se equivocan. Lo considero un escritor puramente imaginativo, digno de los más grandes elogios, pero nuestros métodos son completamente diferentes. En mis novelas siempre he tratado de apoyar mis pretendidas invenciones sobre una base de hechos reales […] Las creaciones del señor Wells pertenecen a una edad y grado de conocimiento científico bastante lejano del presente, por no decir que completamente más allá de los límites de lo posible. No sólo elabora sus sistemas a partir del reino de lo imaginario, sino también los elementos que le sirven para construirlas. Por ejemplo, en su novela Los primeros hombres en la Luna se recordará que introduce una sustancia antigravitatoria completamente nueva, de la cual no conocemos ni la pista más ligera acerca de su modo de preparación o su composición química real”.

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